El juego que nos ocupa esta ocasión es uno de los descubrimientos más gratos de este año: Isle of Skye.
Me comentaron que el amigo Miquel Jornet, infatigable buscador de juegos de mesa que luego desmiga en sus podcasts «Reservoir Jocs», montaba una partida en el Espai Jove de Sant Andreu de la Barca. Y para allí que me fui. Y bien que hice. Porque Isle of Skye es un juego que me encantó.
Para comenzar, sobre un pequeño tablero que nos servirá de contador de turnos, colocaremos cuatro losetas escogidas al azar. Estas losetas nos muestran los objetivos que nos puntuaran al final de cada turno. En el contador nos indican que loseta o losetas hay que tener en cuenta en cada turno, puntuando cada una de ellas tres veces en la partida.
Una loseta de inicio, una mampara con tu color, cinco monedas y a empezar a jugar.
La primera fase del turno es el cobro de monedas, pero esto tiene lugar a partir del segundo turno. Después cogemos al azar tres losetas de terreno de una bolsa y las colocamos tras nuestra mampara. En secreto, baneamos una de las tres y tasamos las otras dos. Cuando todos estamos preparados, revelamos. Este valor que otorgamos a esas dos losetas es el que tendrán que pagar los otros jugadores si quieren hacerse con ellas (podemos comprar solo una loseta por turno). Pero cuidado, las losetas que no te compren te las tienes que quedar y el dinero por las que las has valorado se lo lleva la banca.
A continuación viene la fase de colocación. Como podéis ver en la foto, a primera vista recuerda al Carcassone. Pero ahí se acaba la similitud. Para empezar, el tablero que construimos es individual. La única condición de colocación es que cada loseta ha de compartir el mismo tipo de terreno con su vecina (montaña, agua o prado). Es muy importante tener en cuenta las fichas que hemos colocado al principio de la partida a la hora de crear nuestro tablero, ya que en función de aspectos como el trazado o el relieve que vayamos dibujando obtendremos más o menos puntos al final del turno.
A continuación, haremos recuento de puntos y comenzará un nuevo turno hasta completar los seis que forman la partida.
Isle of Skye es un juego sencillo, atractivo y dinámico. Con tres fases bien diferenciadas (puja, colocación y recuento), no se atasca y hace que el juego avance a buen ritmo. La aleatoriedad de las fichas de puntuación (escogemos cuatro de entre dieciséis por partida) le proporciona rejugabilidad, haciendo que la estrategia a seguir no tenga nada que ver de una partida a otra. Los componentes coloridos y de cartón de buena calidad acaban de redondear la edición de Mayfair Games.
¡Hasta pronto!